Seguramente, si uno creyera en la reencarnación, yo he vivido mucho tiempo atrás en un mundo que, al menos en apariencia, resultaba más romántico que el actual. Y digo en apariencia porque no estoy tan seguro que aquellos que lo habitaron hayan podido percibirlo. Será este sentir una confirmación del dicho “todo tiempo pasado fue mejor†ó sólo es la mente que retiene los mejores momentos vividos y además los potencia en su recreación? No lo sé.
Me parece que lo actual es muy práctico pero demasiado efÃmero, todo tiene el olor a descartable, se sublima lo raro o no convencional, en aras de la mayor creatividad, tanto en la pintura, la música, la ropa e inclusive las relaciones interpersonales. Es probable que mi propia educación me retenga en la mediocridad, en el excesivo orden, en las conductas que hoy parecerán obsoletas, pero bueno, al fin y al cabo soy lo que soy y me exteriorizo como puedo. Asà como a otros les encantan los edificios modernos, los automóviles lujosos, a mà me gustan los edificios y las máquinas antiguas. Me dan la sensación de un mayor interés y dedicación puestos al construirlas y un deseo basado en la perdurabilidad. Conllevan también, por qué no, el contenido de un esfuerzo sostenido en la incomodidad y las privaciones.
Creo, en concreto, que antes se trabajaba más – al menos con el cuerpo – y de allà el homenaje a quienes lo hicieron, en el intento de recuperar las máquinas que los representan.
No ha habido innovaciones mayores en los fundamentos de las maquinarias. SÃ, en cuanto a su capacidad de producción.
Estoy persuadido que las sociedades serán cada vez más urbanas. La alta tecnologÃa y la evolución permanente de la genética, han desplazado al hombre del campo. Las “estancias†serán virtuales y cada vez nos costará más ver un gaucho.
El 4 de Abril de 1988 puse en marcha la idea de construir un Museo en homenaje a nuestros padres, Pola y Ramón Marzol ( y digo “nuestros†porque si bien pude ser el iniciador de un proyecto, al poco tiempo toda la familia y los amigos, estaban incluidos; y digo “Pola y Ramón†porque los tomo en representación de todos aquellos padres que nos precedieron y que marcaron una época especial, donde tuvo plena vigencia “el sudor de la frenteâ€.
No habÃa otro lugar posible – IRIARTE – que no fuera la tierra donde ellos habÃan transcurrido sus años de trabajo – eran nacidos en Carlos Pellegrini y Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires – y donde nosotros, sus hijos, nos habÃamos insertado a partir del año de edad. Allà estaban nuestra casona natal, casi sobre las vÃas del ferrocarril, nuestra infancia, nuestros juegos, nuestros amigos, nuestros lugares en cada lugar, nuestras anécdotas, nuestros predecesores amigos de nuestros padres, laburantes de una época que exigió mucho cuerpo y no tanta mente, que se prodigó en privaciones e hizo de ellas, un culto al esfuerzo.
Por todo lo que me dieron y me siguen regalando…
Oscar Marzol
Qué linda persona que sos hermano! Qué humildad que tenés para contar lo que ha sido tu emprendimiento, sÃ, es cierto que papi y tus hermanos varones te han ayudado de una u otra forma, y que siempre haz contado con el apoyo de algunos amigos incondicionales , pero la máquina sos y serás siempre vos!!! Y no lo digo sólo por lo que escribiste, sino también por lo que haces con este lugar y con el botánico, siempre con las puertas abiertas, sirviendo, sÃ, sirviendo y atendiendo a todos los familiares y amigos y conocidos y gente que se acerca. Contás con la generosidad de Inés, que le dan vuelta la casa y sigue sonriendo, escuchando, conteniendo, pero aquà también sos vos el motor, el que abre las puertas y ventanas!!!!!!Me pregunto qué ocurrirá cuando ya no estés, quién seguirá tu camino! Dicen que nadie es «indispensable», pero también sabemos que hay personas que son UNICAS¡¡¡ tE ADMIRO Y TE AMO Y ME SIENTO ORGULLOSA DE SER TU HERMANA.