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Carlos Alberto Regazzoni

Desprolijo, insolente, intolerante, soberbio, malhumorado, esquivo, desconfiado, afable, cariñoso, paternal, bien intencionado, profundo, analista, sensible al extremo, amistoso, glotón, íntegro, auténtico y… sencillamente uno de los más dotados escultores que he conocido. Tus obras, básicamente en chatarra metálica, tienen el más logrado movimiento que refleja lo que la mente de un artista quiere trasmitir.

Único!

Te compré algunas obras gracias a tu generosidad y paciencia. Me quedo con “el tambo” tal como lo bautizamos a medida que lo fuiste creando. No pude con otras porque no estaban a mi alcance y eras tan caro, como bueno.

Te agradezco el haberme permitido compartir varios cafés ferroviarios – con borra y sin azúcar – y esas lindas porciones de torta “Selva negra”, que exigías fueran legítimas, en el cálido vagón de Retiro.

Hoy te saludo con una oración, un abrazo final y un hasta siempre, amigo Carlos.

                                                 Oscar Marzol

Iriarte, 27 de Abril de 2020

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Comments (1)

Estimado y querido Oscar tus palabras hacia Carlos no pueden ser más exactas y contundentes vos lo consistes muy bien además de haber estado presente en momentos difíciles y ayudarlo desinteresadamente en varias oportunidades cómo lo hicistes,siempre decía que sos una persona muy noble, él te quería y apreciaba mucho más allá del aktin que hacía cuando venías a tomar un café y traías la bendita selva negra que a él le gustaba tanto en fin era parte del show del artista.Siempre vas a estar presente y sos parte de la historia en la vida de Carlos del lugar y de todos los que lo rodeamos.Un fuerte abrazo.
Guillermo Menéndez
Apoderado y Mánager de Carlos Regazzoni

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