En marzo de 2001 le encomendé a Oreste Marzol la búsqueda de maquinaria a vapor. Le pasaron un dato que en Teodelina existirÃan algunos motores muy viejos y hacia allà fue. Cuando llegó se encontró con motores viejos, pero a combustible. No obstante ello le comentaron que en un viaje de paseo por Chile, ellos habÃan visto varios motores a vapor. Les pedimos luego, por favor, que buscaran alguna tarjeta o dirección del lugar donde habÃan acampado y luego de dos semanas obtuvimos un primer número internacional. La gente del camping de Chile nos remitió a un tal Mario Muñoz, quien normalmente estaba en la búsqueda de maquinaria antigua. Hablé con él varias veces, me informó de la existencia de varios motores a vapor, negociamos un posible valor y finalmente viajé a Santiago de Chile, donde él tendrÃa en el predio de una empresa constructora, los referidos motores. Estos motores estáticos, dado que no poseen transmisión para su auto-desplazamiento, se utilizaron en el sur de Chile para generar energÃa en los aserraderos o pequeños emprendimientos industriales. Me gustaron, elegà tres de ellos para aprovechar mejor el flete. De paso Mario me acompañó a la finca de un coreano que tenÃa para su venta, unos 20 motores bien alineados y bajo techo, que pensaba exportar al Oriente, pero las normas legales no se lo permitieron.
Le giré a Mario los fondos, sin otra documentación que la palabra.
Cuando quise hacer los trámites para la importación, se complicó todo. Finalmente, y luego de varias cartas explicativas a la Aduana pude importarlos por vÃa de una empresa amiga, justificando que su puesta en marcha no alterarÃa la generación de energÃa como para complicar el mercado nacional. Es difÃcil creerlo, pero real. Mario se encargó de su carga y una empresa mendocina realizó el viaje, sin problemas.
Oscar Marzol, Año 2002
Oscar Marzol, indudable que eres un apacionado por toda la evidencia histórica de nuestros pueblos. ¡te felicito!