Reflexiones agropecuarias

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Es indudable que el País se debe una nueva consideración en el tratamiento entre pequeños, medianos y grandes productores.  A mi entender la 125 adoleció de un mayor tiempo de análisis, una pretensión no ya tan desmedida del Estado – en virtud de la contribución marginal excepcional que tenían los commodities granarios – sino que como contrapartida el Estado no ofreció un precio sostén mínimo ni la constitución de un fondo para el caso inverso de cosechas en crisis. 

Se presentaba como socio avaro en época de rindes y precios excepcionales y no contributivo para momentos de escases.  Además, si bien previó la segmentación entre los diferentes potenciales de agricultores, la reparación se producía mediante un “reintegro” diferido en las cuentas de los productores, cuando todos sabían y saben aún hoy que los más débiles no están encuadrados en las normativas fiscales ni formales en las entidades financieras, razón por la cual no iban a recibir la compensación aludida.

La falencia en la posible instrumentación del proyecto, logró – a pesar de las diferencias de representación – constituir “la mesa de enlace” que integraron las cuatro entidades ligadas al campo: Sociedad Rural Argentina, Coninagro, Federación Agraria Argentina y Confederaciones Rurales Argentinas

                                                                       Opinión personal de Oscar Alberto Marzol

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