Segundo premio del Segundo Concurso Literario
Ernesto Miguel Schneiter
Ilustración: Oscar Genco
Ilustración: Oscar Genco
«Una noche la sorprendió ornado. Al sentirse descubierta volvió sus ojazos interrogantes hace él. Lo quemaron. (…)»
por Carmen Verlichak Entrevista, Diario del Viajero (21/10/2020)
«Una noche de crudo invierno, don Simón debió asistir a una fiesta de los ganaderos de la zona, donde concurrió con doña Zulema, su mujer. Alfonso quedarÃa de guardia con la misma tranquilidad de siempre. Sólo le preocupó, que en su apuro, Simón no le dirigiera palabra alguna. EstarÃa disgustado, ó simplemente le molestarÃa no poder invitarlo a tal evento?»
«Súbitamente, a eso de las 21 horas se abre la puerta y entra un “crotoâ€, bien croto que, según él mismo comentara, bajó del tren carguero que desde Godoy Cruz, Mendoza, se dirigÃa a Buenos Aires. Sucio, con derruidas alpargatas, pantalón a la pantorrilla, saco cargado de no se supo qué pero con sus bolsillos bien estirados y una gorra impresentable. Miró, saludó sin saludar, y se pidió “una cañaâ€.
«Faltaba ya escaso tiempo para la hora señalada de largada y, aparentemente los nervios le estaban jugando una mala pasada. El predio de la competencia era un parque arbolado de grandes eucaliptus donde los asistentes, aprovechando su sombra estacionaban los vehÃculos. De pronto, nuestro eximio deportista salió raudamente hacia los baños y los encontró a todos inexplicablemente ocupados.»
«Estaban las ganas pero faltaba “el cómoâ€. En una visualización inteligente mosquito sugiere como nombre del equipo “Marzol Cereales†(empresa que podÃa bancar los gastos) y su Gerente Armando era “proclive a la famaâ€. ¡¡¡¡ Brillante!!…»
«Fueron duelos de ingenio: él amagaba con irse, haciendo ruido como si se retirara de la habitación y ellos caÃan en la trampa ligando lo que viniera con chancleta o cinturón. Pero aún asÃ, muchÃsimas veces se escaparon.»
«Cierta tarde, allà por el año 75, Roque venÃa de una semana laboral a los tumbos y andaba “bastante secoâ€, bancado por sus amigos de siempre. TÃmidamente se acerca al puntano y le comenta que “habÃa enganchado algo imperdible†pero no la podÃa llevar al stud y necesitaba un lugar para proceder…»
«HacÃa escasos quince minutos que se habÃa retirado del boliche, totalmente mamado. Caras de preocupación, incertidumbre y la designación apresurada de un grupo de rescate hacia la casa del gordo que, sentado con un pucho apurado como medicina y un vaso de agua fresca, contaba la pelea que terminó en puñalada.»
«A su regreso, al tranco, después de cada mediodÃa, sus padres lo esperaban para compartir el almuerzo. DormÃa dos horas de siesta, hacÃa sus deberes y con la honda colgada al cuello, se dirigÃa al monte cercano con la intención de cazar alguna torcaza. CaÃa la tarde y su imaginación sobre el ya amarillento sol del oeste, lo llevaba hacia el futuro promisorio que sus padres avizoraban.»
«HabÃan arribado al pueblo dos nuevos policÃas, Asunción y Nicolai. A poco de estar allÃ, la escasa densidad poblacional permitÃa establecer vÃnculos amistosos entre controlantes y controlados.»
«HabÃa resuelto reunirme unos momentos con mis padres y Teresa, mi abuela materna. Resultó distendida, profunda, definitivamente contenedora.»
«Olegario “Moncholo†Montiel, Francisco “Malacara†Sorobeo, Ramón “Cacique†Herrera, Juan “Mandinga†Aparicio, “El Toto†Cincunegui y “Cabecilla†Hernández ya estaban juntos desde el mediodÃa.
El único que faltaba era Placentero.»
«Noche cerrada y frÃa. Asà la describirÃa al dÃa siguiente lo sucedido, mi amigo “Botellón†Lovelli, quien tenÃa cierta tendencia a elaborar con algunas tergiversaciones sucesos con situaciones grandilocuentes en donde él era el principal protagonista (…)»