Museo Iriarte

MUCHAS GRACIAS a los que participaron por engrandecer este concurso. En los concursos literarios todos ganan. Y desde el principio;…

Queridos escritores: Nunca pensamos en tener una respuesta semejante. Nuestros anteriores concursos no superaron la centena de trabajos y ya…

-EDICIÓN 2020/21- Museo Iriarte Pola y Ramón Marzol y Editorial Krivodol Press Comunican: Desde el Museo Iriarte tenemos el agrado…

El jurado de la III edición del Concurso Literario Campo y Pueblo seleccionó 40 trabajos entre los que saldrán los…

«Aquella noche, en una camioneta Ford, se dispuso salir a “peludear”, es decir, cazar peludos. Peco, Omar y yo, en la cabina. Oreste, Armando, Gallito y los dos ingenieros ( a quienes demostraríamos nuestras habilidades) junto a dos tarros lecheros de cincuenta litros y unos tarros con manijas, en la caja del vehículo, con reflectores para localizar los pozos y una vez allí echarles agua para que los animalitos salieran de su madriguera.»

«(…)El estado de los allí presentes en esa noche era calamitoso pero la decisión no se hizo esperar. Con el gringo Belladelli a la cabeza, César Nicolás, Fabián “el ruso” Primo, “mosquito” Ricardo Marzol, Sergio Ramírez, el “vasquito” Amestoy, Gabriel Garnica y algunos más salieron en busca de una cama donde reposar, al menos, tres horitas.»

«Cierta tarde, allí por el año 75, Roque venía de una semana laboral a los tumbos y andaba “bastante seco”, bancado por sus amigos de siempre. Tímidamente se acerca al puntano y le comenta que “había enganchado algo imperdible” pero no la podía llevar al stud y necesitaba un lugar para proceder…»

«Estaban las ganas pero faltaba “el cómo”. En una visualización inteligente mosquito sugiere como nombre del equipo “Marzol Cereales” (empresa que podía bancar los gastos) y su Gerente Armando era “proclive a la fama”. ¡¡¡¡ Brillante!!…»

Con agrado recibí la invitación de la Señorita Andrea Sarco para realizar una charla con sus alumnos, vía Google meet….

«Habían arribado al pueblo dos nuevos policías, Asunción y Nicolai. A poco de estar allí, la escasa densidad poblacional permitía establecer vínculos amistosos entre controlantes y controlados.»

«Faltaba ya escaso tiempo para la hora señalada de largada y, aparentemente los nervios le estaban jugando una mala pasada. El predio de la competencia era un parque arbolado de grandes eucaliptus donde los asistentes, aprovechando su sombra estacionaban los vehículos. De pronto, nuestro eximio deportista salió raudamente hacia los baños y los encontró a todos inexplicablemente ocupados.»

«Adentro, piso de madera, un antiguo mostrador, algunas botellas desparramadas en una desparramada estantería y en una de las tres mesas habilitadas a los parroquianos, con un vaso de aperitivo Amargo Obrero, soda y una rodajita de limón se había acodado Vicente Villalba.»