«A su regreso, al tranco, después de cada mediodÃa, sus padres lo esperaban para compartir el almuerzo. DormÃa dos horas de siesta, hacÃa sus deberes y con la honda colgada al cuello, se dirigÃa al monte cercano con la intención de cazar alguna torcaza. CaÃa la tarde y su imaginación sobre el ya amarillento sol del oeste, lo llevaba hacia el futuro promisorio que sus padres avizoraban.»
Con agrado recibà la invitación de la Señorita Andrea Sarco para realizar una charla con sus alumnos, vÃa Google meet….