«Aquella noche, en una camioneta Ford, se dispuso salir a “peludearâ€, es decir, cazar peludos. Peco, Omar y yo, en la cabina. Oreste, Armando, Gallito y los dos ingenieros ( a quienes demostrarÃamos nuestras habilidades) junto a dos tarros lecheros de cincuenta litros y unos tarros con manijas, en la caja del vehÃculo, con reflectores para localizar los pozos y una vez allà echarles agua para que los animalitos salieran de su madriguera.»
«Cierta tarde, allà por el año 75, Roque venÃa de una semana laboral a los tumbos y andaba “bastante secoâ€, bancado por sus amigos de siempre. TÃmidamente se acerca al puntano y le comenta que “habÃa enganchado algo imperdible†pero no la podÃa llevar al stud y necesitaba un lugar para proceder…»
«Estaban las ganas pero faltaba “el cómoâ€. En una visualización inteligente mosquito sugiere como nombre del equipo “Marzol Cereales†(empresa que podÃa bancar los gastos) y su Gerente Armando era “proclive a la famaâ€. ¡¡¡¡ Brillante!!…»
«HabÃan arribado al pueblo dos nuevos policÃas, Asunción y Nicolai. A poco de estar allÃ, la escasa densidad poblacional permitÃa establecer vÃnculos amistosos entre controlantes y controlados.»
«Adentro, piso de madera, un antiguo mostrador, algunas botellas desparramadas en una desparramada estanterÃa y en una de las tres mesas habilitadas a los parroquianos, con un vaso de aperitivo Amargo Obrero, soda y una rodajita de limón se habÃa acodado Vicente Villalba.»
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