«Los horarios en verano eran de 7 a 11 por la mañana y de 15 a 19 en la tarde. Este turno tenÃa coincidencia parcial con los asistentes al curso de “catequesis†que dictaba en la capilla Santa Teresita una monjita que venÃa desde el pueblo vecino de San Gregorio (la “monja negra†según los chicos, por su tez morena).»
«Luego de un viaje de casi una hora llegaron a Iriarte. AgustÃn lo llevó a Juan hasta su casa. En el momento del saludo final, con la ventanilla del acompañante abierta, ambos – al unÃsono – se preguntaron sobre el destino final de la gallina.»
«Una noche de crudo invierno, don Simón debió asistir a una fiesta de los ganaderos de la zona, donde concurrió con doña Zulema, su mujer. Alfonso quedarÃa de guardia con la misma tranquilidad de siempre. Sólo le preocupó, que en su apuro, Simón no le dirigiera palabra alguna. EstarÃa disgustado, ó simplemente le molestarÃa no poder invitarlo a tal evento?»
«Se sentó a la sombra de un viejo ombú, apenas distante unos diez metros de la senda elegida, por donde ella solÃa pasear cantando alegremente con un fino vestidito de tenue color amarillo…»
«Imparable, con una justa combinación de seducción y soberbia.
Un saludo discreto a las autoridades del lugar y el show comenzaba tal cual lo planeado.»
«Una de aquellos dÃas de mis once años me encontró afectado por una indisposición estomacal que allÃ… y por aquel entonces se llamaba “empachoâ€; enterado de la emergencia mi gran amigo Tito Mateljan me llevó pedaleando a contramano de los rayos del sol de la tarde.»
«No dudó un instante en responderse que aquella serÃa una operación casi de rutina y que en poco tiempo su vida se normalizarÃa. Sin embargo, se sintió tremendamente sola…»
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