«Olegario “Moncholo†Montiel, Francisco “Malacara†Sorobeo, Ramón “Cacique†Herrera, Juan “Mandinga†Aparicio, “El Toto†Cincunegui y “Cabecilla†Hernández ya estaban juntos desde el mediodÃa.
El único que faltaba era Placentero.»
«Comenzó, como jugando, a complicarle el camino a las hormigas en un intento inconciente de saber cuál serÃa su reacción ante un acontecimiento imprevisible. De pronto lo asimiló con su vida, con sus propios tropiezos, con su volver a empezar y volver a caer y detuvo su mano.»
«Nunca le importó – porque yo presiento que asà fue – ni el baile en sà mismo, ni los partidos que no entendÃa. Sà le importaban un buen choripán y un vaso de tinto que alguien se encargarÃa de acercarle; y sobre todo, esperaba el cariño familiar del que tan mezquinamente lo habÃa dotado la vida. Y tuvo su mayor familia en el pueblo entero.»
«Llegó el sábado 26 de mayo del 70. FrÃo, con una persistente y fina llovizna de otoño. En la fonda de la cancha de paleta de don Pedro Aramburu se habÃan congregado los peones de estancia y los trabajadores changarines del pueblo.»
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