Museo Iriarte

«Un partido, luego la revancha y después “el bueno”. La noche se alargaba y en algunos se notaba “un ligero descontrol interno”. Si no había más plata, se cargaba en cuenta, sin riesgo, porque ese crédito era sagrado.»

«Se enteró que se había puesto de moda un baile mensual de “solas” y “solos” en el Club Puerto Belgrano, en San Gregorio y eso le permitió pensar que sería una buena oportunidad para, al menos, poder dirigirle la palabra. También supo que ella, aunque no siempre, había asistido a dichos bailes.»

«El denso humo parece una cortina impenetrable. Usa su poncho para cubrirse la boca y se interna entre los espartillos (…)»

Arreo con problemas

«No sabía si hacía frío, pero por mis piernas corría una transpiración helada que se perdía en el interior de mis botas.(…)»

«Hacía escasos quince minutos que se había retirado del boliche, totalmente mamado. Caras de preocupación, incertidumbre y la designación apresurada de un grupo de rescate hacia la casa del gordo que, sentado con un pucho apurado como medicina y un vaso de agua fresca, contaba la pelea que terminó en puñalada.»

«Estaba Nelson en esa crítica situación, pensando en alguna medida desesperada, encomendándose a todos los santos, cuando vio a dos caballos acercarse desde la orilla norte. (…)»

«No es igual sufrir de hambre que sentir ganas de comer. EL hambre es como la sed, una debilidad que lo deja a uno sin fuerzas de ánimos. (…)»

«Hubo temporadas de encuentros más fluidos, cuando ambos tenían claridad y coincidencia en lo que estaba sucediendo y ameritaba la toma de un café o una copa de vino. En otras, llegaron casi hasta evitarse aún conscientes que ambos circulaban por veredas muy cercanas.»

El legado

«Caminé hasta la camioneta. Tanteé debajo del asiento. Allí estaba el revolver. En dos trancos me acerqué a la puerta. Un disparo y el candado enmohecido saltó hecho añicos. Una patada y la puerta se abrió con un chirrido.»

El Cirilo cuaiguá

«Con Cirilo fuimos amigos y cómplices en las mañanas luminosas del verano. Él era de naturaleza salvaje y los dos compartíamos una sola niñez nutrida de asombros y de juegos inocentes (…)»

Por qué la idea de organizar concursos literarios?

por Oscar Marzol En la fría tarde del domingo 14 de mayo de 2006, sin pensarlo demasiado, comencé a escribir…

Cuento de Verano

«- Mira, chaval, de lo que te has salvado. Si estuviéramos en España, este trabajo lo tendríamos que hacer todavía a mano.»