«Faltaba ya escaso tiempo para la hora señalada de largada y, aparentemente los nervios le estaban jugando una mala pasada. El predio de la competencia era un parque arbolado de grandes eucaliptus donde los asistentes, aprovechando su sombra estacionaban los vehÃculos. De pronto, nuestro eximio deportista salió raudamente hacia los baños y los encontró a todos inexplicablemente ocupados.»
«Siempre me he preguntado cuál de las pasiones del hombre mide menos las consecuencias de sentirlas a pleno: amor o juego. Lo vivido dice que el amor puede llegar a redimir. Nunca el juego. Pero la intensidad…»
«Y entraron a pasar los años. Cada vez la frontera con el indio se fue alejando más de LA Centinela. Ya Pichà Contreras tenÃa doce años expertos, de excelente fÃsico y admirables condiciones humanas (…)»
«Los indos de Epúmer acallaron sus festejos. Estaban desconcertados y el pudor de su lealtad los hacÃa caracolear con sus caballos alrededor del cacique. Los rostros anunciaron el miedo. Las carcajadas de Margarita destrÃan la razón del universo (…)»
«No serÃa una visión chiquita, egoÃsta, desconsiderada para con el resto, asignarles la propia angustia que el transcurrir de sus dÃas latÃa en su pecho y resonaba en sus oÃdos…?»
«HacÃa escasos quince minutos que se habÃa retirado del boliche, totalmente mamado. Caras de preocupación, incertidumbre y la designación apresurada de un grupo de rescate hacia la casa del gordo que, sentado con un pucho apurado como medicina y un vaso de agua fresca, contaba la pelea que terminó en puñalada.»
«Estaba Nelson en esa crÃtica situación, pensando en alguna medida desesperada, encomendándose a todos los santos, cuando vio a dos caballos acercarse desde la orilla norte. (…)»
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