relatos

«En la partida de cada uno de ellos, mi pueblo fue perdiendo en mi interior un poquito de encanto. Vinieron otros, como sus hijos, que le han dado emociones nuevas, pero que no reparan ese cristal resquebrajado de la primera foto, del tiempo en que uno sueña con una vida interminable y feliz.»

«La media manzana siguiente, paralela a la de Romitti, era todo un terreno descampado. Allí, en su parte central, se construyó la Iglesia por el año 1965.»

«Manuel – Manolo – Anca Díaz ( serio, demasiado serio, ceremonioso, amante de los caballos de trote y de sus carreras, padre de quien luego sería nuestro veterinario, el Negro ( chivo ortigado ) Anca ; era dueño en realidad de toda la manzana, incluida nuestra casa (la de Ramón).»

«Así eran, casi todos los días, excepto los sábados y domingos que agregaban algún bailongo, el cine en lo de Costantini, la misa, el asado, alguna carrera cuadrera en el pueblo ó fuera de él, un campeonato de fútbol, una visita inesperada.»

«El pueblo estaba convulsionado porque ambos habían llegado a la final que se disputaría el 25 de Mayo de 1968. Mitad del pueblo por la roja, mitad del pueblo por la celeste.»

«Llegó el día, dado que con la cosecha de soja en el año 2012, Alberto debía llevar mercadería al puerto de Buenos Aires. La tentación era grande, la expectativa agobiante. Él le había prometido que ella nunca olvidaría ese viaje.»

«Cuando hablaba con sus amigos de confianza solía decirles que si alguien le gustaba, él no tenía límites. Estaba dispuesto a todo porque su lema era “solo el que ama, comprende”. No le temía a nadie y lucharía por su presa hasta las últimas consecuencias.»

«Cierta mañana, don Marcos le pide encarecidamente al Cleto que se acerque a su casa a fin de revisar su precaria instalación eléctrica y esté accede sintiéndose un verdadero electricista.»

«Don Marcos Loza, vecino de confianza divisó que entre tantas había una “clueca” con su típico sonido delatando ese estado emocional. «

«Los horarios en verano eran de 7 a 11 por la mañana y de 15 a 19 en la tarde. Este turno tenía coincidencia parcial con los asistentes al curso de “catequesis” que dictaba en la capilla Santa Teresita una monjita que venía desde el pueblo vecino de San Gregorio (la “monja negra” según los chicos, por su tez morena).»

«Se armó un desafío por pocos pesos entre dos grupos de tres y Américo sería el referee. Todo anduvo bien hasta que en un reñido final el árbitro le anuló un tanto al “pata Agraso”- linda piedra para la honda-diciendo que había adelantado la pelota (…)»

«Una noche de crudo invierno, don Simón debió asistir a una fiesta de los ganaderos de la zona, donde concurrió con doña Zulema, su mujer. Alfonso quedaría de guardia con la misma tranquilidad de siempre. Sólo le preocupó, que en su apuro, Simón no le dirigiera palabra alguna. Estaría disgustado, ó simplemente le molestaría no poder invitarlo a tal evento?»